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La telemedicina no llegó con la pandemia por COVID-19, se ha evidenciado su uso desde el siglo XIX y acá te muestro una línea temporal de su historia.



Los orígenes de la telemedicina están absolutamente ligados a las telecomunicaciones y su capacidad de recorrer largas distancias, desde el siglo XIX y la aparición del telégrafo, el cual fue utilizado para solicitar insumos médicos, comunicar muertos y heridos, realización de consultas médicas, entre otros durante la guerra civil de Estados Unidos.


A fines de este siglo, con la creación de teléfono, al que se accedió de forma masiva durante el siglo 20, médicos y pacientes utilizaban este medio para proveer servicios de consulta e intercambio de información.


Así mismo, el ejercicio de la telemedicina más cercano a lo que conocemos hoy, se dio en 1924 a través de la Radio News, donde una maquina de televisión y micrófono, permitía el contacto con un médico y el uso de indicadores de frecuencia cardiaca y temperatura corporal.


Ya entre 1950 y 1960 se comenzó a usar la telemedicina para transmitir videos, imágenes y datos, por ejemplo, en la Universidad de Nebraska se utilizó telemedicina interactiva en el área de imagenología, con el objetivo de conectar a pacientes de zonas geográficamente remotas, con médicos que se encontraban en zonas urbanas.


La transmisión digital de imágenes radiológicas se configura como una de las primeras especialidades en telemedicina, sufriendo un gran impulso gracias a los programas de investigación de la NASA.


Ya en 1990, es conocida la primera explosión de la información, llegado el auge del internet, inicia la primera revolución de la telemedicina, en donde se incluyeron servicios como educación al paciente y cuidadores, transmisión de imágenes médicas, consultas clínicas mediante audio y video en tiempo real, monitoreo de signos vitales, entre otros.


En el año 1993, “telemedice” se indexa en Medline como término MESH, iniciando la segunda revolución de la telemedicina, en donde se genera una explosión y crecimiento exponencial en las investigaciones de eficacia, validez, confiabilidad y factibilidad de la telemedicina.


Si bien, entre el año 1993 y 2020, los países buscaron adoptar programas de telesalud que se caracterizaran por su interoperabilidad, seguridad en el manejo de la información y gobernanza, con el objetivo de mejorar el acceso y la oportunidad de atención, en donde la telemedicina se posiciona como una de las soluciones más innovadoras, emergiendo distintas especialidades de la telemedicina, la tercera revolución, tiene lugar a partir del año 2020 con la llegada de la pandemia por COVID-19.


Interrumpida en distintos centros clínicos y de manera casi absoluta la continuidad de los cuidados, la telemedicina vuelve a evidenciar un punto de inflexión hacia el crecimiento, posicionándose como una solución efectiva y segura frente a los aspectos de confinamiento, distancia y dificultades de desplazamiento.


Hoy en día, se visualiza como la medicina del presente y futuro, en donde se requiere de recurso humano habilitado digitalmente y el avance multidimensional y continuo hacia la transformación digital en salud.


Valeria Elizama Vergara | Coordinadora de Salud Digital en Universidad San Sebastián | Secretaria General en Organización Internacional de Telesalud y Telemedicina (OITT).