
Durante los estudios de Medicina, en tercer año, una de las materias más importantes, era Semiología Clínica o simplemente, Semiología; eran clases diarias de lunes a viernes y el fin de semana, trabajo hospitalario y preparación de las historias o tareas asignadas por el Dr. José Félix Oletta, siempre amigo, de muy grata recordación entre sus alumnos, a todo nivel. Íbamos de lo sencillo a lo complejo, por las diferentes etapas de la clínica médica, siendo la SEMIOLOGÍA, el soporte principal de todo ese aprendizaje, que fuimos adquiriendo en los cuatro últimos años de la carrera, de modo que con mucho empeño, nuestra capacidad de análisis de los signos y síntomas del paciente, nos conduciría a conclusiones correctas, respecto a cada persona, durante el resto de la carrera y vida profesional.
Para conocer la Semiología, necesitamos de muchas horas de estudio de los libros clásicos, las clases y prácticas con el profesor, el examen e interrogatorio de muchos pacientes y la repetición de las maniobras que nos conducirían a la definición preliminar que estábamos buscando.
Con esas herramientas aprendidas en tercer año y perfeccionamos durante los tres siguientes al paso por las diferentes áreas clínicas, Medicina, Cirugía, Pediatría, Obstetricia y Emergencias respectivas, fundamos las bases de conocimientos que aplicaremos durante tantos años.
También a nivel de Postgrado, al enfrentarnos con las enfermedades de los pacientes, fuesen del sistema músculo esquelético, neurológico, movimientos y de muchos otros detalles y lesiones.
Una vez adquiridos o consolidados esos aprendizajes, fuimos capaces, muchas veces, con el Interrogatorio, la observación y un examen físico apropiados, de llegar al diagnóstico presuntivo y de ser posible, al tratamiento.
Durante el postgrado, de 3 - 4 y más años, sus pasantías, entrenamientos posteriores u otros cursos, vamos puliendo y ejercitando las habilidades diagnósticas, para llegar a adecuadas conclusiones que pueden ser corroboradas, con pruebas adicionales. Llega el momento que ese modus operandi, forma parte de nosotros, de manera casi automática, en busca de las causas más probables del o los problemas, según nuestra experiencia.
Esas técnicas, nos permiten mantener en nuestras mentes, las patologías más frecuentes, signos y síntomas acompañantes y en el caso de la Traumatología, que signos y síntomas, puede presentar un paciente en un grupo amplio de patologías, para hacer el filtrado necesario hacia las más probables, logrando los objetivos planteados.
En nuestro ejercicio de la telemedicina, por dos años, respetando normas éticas y legales, pese a no poder examinar a los pacientes en primera instancia, nos ha quedado claro, que con una excelente historia clínica e interrogatorio completo, una buena relación con el paciente, la observación detallada y cuidadosa, una adecuada valoración semiológica de sus molestias, movimientos y limitaciones, con la ayuda de un acompañante bien informado, orientado por nosotros, podemos dirigir el interés hacia las patologías más probables, para profundizar hasta llegar a un diagnóstico preliminar, que salvo en las urgencias, puede ser suficiente para solicitar exámenes o indicar un tratamiento, que pueda ayudar y mejorar a la persona hasta una próxima evaluación.
La telemedicina llega para complementar y no para sustituir a la consulta tradicional; con su metodología, sobre una buena base de experiencia clínica, auxiliados con medios audiovisuales, movimientos y maniobras cumplidas por el paciente y la ayuda del acompañante siempre necesario, un colega o paramédico, se puede alcanzar hasta un 70 - 80 % de aproximación diagnóstica y terapéutica.
Cuando haga falta, se hará una segunda evaluación en el consultorio, (consulta híbrida) para realizar el examen físico, con resultados comparables a los del acto presencial único, pero en la consulta híbrida el paciente acude a la segunda instancia, con los exámenes paraclínicos solicitados previamente, reduciendo gastos y tiempo de movilización.
Cuando el paciente prefiera la atención tradicional, en los casos previsiblemente más complejos, emergencias o cuando el examen directo sea indispensable a criterio del Médico, estará indicada la consulta física, para corroborar o no, los hallazgos previos, siempre pensando en el máximo beneficio para los pacientes.
Creemos que la telesalud y telemedicina, sus nuevos desarrollos y tecnología, están para ayudarnos a mejorar los recursos disponibles para nuestro ejercicio profesional, igual que a los pacientes y comunidades. Estará en nosotros, el saber aprovecharlos, para beneficio de todos.
